Primer Día
Algo está cambiando. Ha
llegado el momento de tomar decisiones. No hace falta viajar lejos para
aprender nada. Tampoco puedes estar toda la vida soñando con irte a otro lugar.
Tengo que seguir sintiendo el viento, hasta
ahora me he ido bien. Aunque también he aprendido a perder el tiempo qué es lo
mismo que no saber a dónde ir ni a dónde mirar. Por eso casi siempre dejo el
trabajo para más tarde-.
Segundo día
No es extraño que caminando
por el reino de Yupi amanezca hoy escondido en un rincón de una playa desierta.
Estoy oyendo pasos pero si la calle está desierta deben ser los que di anoche
para encontrar este lugar. Lo que sí
tengo claro es que esto mío no es una racha, no es una crisis, no es un bajón,
no es euforia, y tampoco es equilibrio.
Soy yo.
Tercer día
De vuelta a casa. Ni siquiera
abro la ventana. Me asomo al espejo del baño y le digo que mañana voy a
cambiar. Los dos nos hemos reído con ganas.
Bajo la misma oscuridad
después de quitarme la ropa me acuesto boca arriba en el suelo del pasillo y viene
a mi cabeza la imagen de la mujer más guapa con la que he estado y el tiempo y
la forma que compartí con ella en la terraza de mi casa. Sé que no podré volver
a verla. Pero solo por ella quiero vivir, meterle a todo lo que se le pueda meter
sentirlo así y seguir metiéndole mano.
Cuarto día
Últimamente no paro quieto.
Es como si se me disparan los pies del presente. Pero estoy contento. De último
parecía estar hibernado. Esta tarde he quedado para ver a mi chica favorita. La
conozco desde hace tiempo. Cantamos las canciones que hoy ya no se escuchan. ¿Qué
por qué? Pues porque es una de soñar. ¡Que alguien me dé una razón que me convenza
para dejar de hacerlo. ¿Qué planes tengo con ella? En principio solo caminar,
andar. Eso sí, sin perder la costumbre de mirarnos a los ojos.
Quinto día
Me he dado cuenta que no
merece la pena ser cínico. Cuando caigo en ese error solo obtengo victorias y
placeres parciales. Por un momento te crees el más inteligente del barrio, el más
sarcástico. Después, cuando descubres que en una muestra de un complejo de
superioridad..., te das cuenta de que, debajo, siempre se esconde otro de
inferioridad. Mal rollo…
Sexto día
Estoy por romper la tradición.
¿Por qué tengo que esperar a mañana para comer paella? Yo he sido siempre persona
respetuosa con las tradiciones, lo cual no quiere decir que sea un carca de
esos que seguro estás pensando. No, todo lo contrario. Te llevarías sorpresas.
Pero el caso es que hoy vendería mi alma por un buen plato de paella de pollo y
conejo.
Séptimo Día
A ver qué pasa mañana.
Puede que sea un día de esos que me han dicho qué puede ser otro día. Igual ni
la mochila está de acuerdo con esto. Pues hoy ni siquiera la he abierto.
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