Hasta hace pocos años
escuchar que habían mujeres profesoras de teología en la universidad resultaba
rarísimo. Hoy ya por lo menos se ha dado ese primer paso. Aunque eso no
significa que el feminismo haya avanzado en el campo eclesiástico. Son
justamente las mujeres teólogas quiénes, fundamentadas en sus estudios sobre
Biblia y teología, pueden decir sin gritos y con claridad que no hay razón
alguna para que la iglesia católica no tenga sus arzobispas, obispas,
diaconisas cómo hicieron hace mucho otras iglesias cristianas.
Para empezar tendría que ser
más conocida la existencia de profesorado femenino de teología, programando
conferencias en las distintas provincias a partir de las profesoras actuales. Un
movimiento que dé más protagonismo a la mujer en la Iglesia española.
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