8 de marzo 2018: una fecha
histórica. Primera huelga feminista y marea humana que invade las calles.
Parece haberse tomado conciencia de la desigualdad existente entre sexos y la
necesidad de erradicar cualquier tipo de discriminación o violencia contra la
mujer.
En vísperas otro 8 de marzo
es cosa de preguntar: ¿sirvió para algo aquella manifestación y demanda? ¿Qué
retos quedan pendientes y que hay que plantearse en el 2019?
Sí para algo sirvió aquél es
para que esté presente en la agenda política de los caballeros (y digo “caballeros”
intencionadamente) de turno. Pero los avances concretos han sido pocos, porque
la iniciativa de un grupo siempre es tirada por el otro, sea quien fuere uno u
otro. Es la política partidista la que por un lado u otro está haciendo mal a
esta sociedad. Y por otro lado los lastres de una sociedad patriarcal no se
caen al barranco así como así.
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