Trabaja en una asociación que
atiende a personas necesitadas por algún tipo de enfermedad o deficiencia física.
Comprendo que se debe respetar su horario de trabajo. Lo que no entiendo es que
no esté rauda y atenta cuando una persona necesita de su servicio. No tiene
porqué hacerla esperar innecesariamente. Es como si la acción programada
hubiese trastocado su finalidad.
Unos de los que allí
residencia dicen “mañana cambiará”. Otros, mirando, al infinito no son de esa
opinión: “Mañana es nunca”. Somos una simple rama del árbol de nuestra
sociedad. Y no sabemos para quien escribimos estas notas.
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