Tiene ahora 23 años y hace cuatro
fue secuestrada al norte de Irak. Allí la torturaron, la
violaron y fue vendida como esclava sexual, obligándola a casarse con uno de
sus secuestradores. Logró escaparse a Alemania y desde entonces milita a favor
de la causa de su comunidad natural , la yaizidi. Ella se llama Nadia Murak.
Les cuento otro caso. Desde
hace quince años se dedica a favor de bebés y mujeres víctimas de violencia
sexual por miembros de las fuerzas armadas que tienen a El Congo en guerra permanente. Es conocido por su oposición y
sus reiteradas críticas contra los grupos armados que azotan la región y porque
además atiende gratuitamente a las víctimas. Hablamos del doctor Denis Mukwege.
Fueron elegidas como Premio
Nobel de la Paz, en contra de la opinión de los Estados Unidos, que preferían
otra gente de mayor relieve e importancia comercial.
La elección de ambas nos
enseña a valorar la importancia que tiene el respeto a los derechos humanos y,
por otra parte, a descubrir las posibilidades que tenemos de trabajar cada uno en cosas sencillas, pero
que son problema cotidiano, y la
capacidad que tenemos de vivir en este mundo sin el poder y la dependencia de
los Estados Unidos.
Por otra parte, estos premios
dados a esta categoría de personas nos demuestran que todas y cada uno de los
otros, sin la necesidad de tener un título académico, podemos ser luchadores
que sembremos la paz en este mundo sin necesidad de tener un poder político ni
un título académico.
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