Dicen por ahí que me volví
loca.
Qué siempre estoy sonriente.
Que me brillan los ojos.
Que converso con las flores y
bailo en mi jardín.
Dicen por ahí que creo en
hadas y ángeles.
Que les abro las puertas y
ventanas en las mañanas y les doy la bienvenida para que inunden mi hogar de
luz, alegría y bendiciones.
Dicen por ahí que hablo de
“raros asuntos” como Trascendencia, Estar en Presente, Energía, Inmortalidad,
Sanación, Conciencia…
Dicen por ahí que me volví
loca.
Que le enseño a la gente a
percibir la luz que brota de sus cuerpos… y que para colmo les muestro cómo se
apaga cuando pensamos “feo”…
Dicen por ahí que me volví
loca.
Que no me rigen agendas ni
horarios.
Que a las comidas en mi mesa
también les hablo y les digo:
“Divino Sustento, qué haces
afuera ¡Vamos pa´ dentro!”.
Que todo me parece bien, perfecto
y sincrónico.
Que a lo adverso le busco lo
bueno.
Que le abro las puertas por
igual a creyentes y no creyentes.
Que doy gracias cuando llueve
y cuando hace sol.
Que doy gracias cuando llega
el transporte y cuando me toca ir un rato a pie también..
Que lavo la ropa cantando y
es igual cuando cocino, limpio y ordeno.
Que cómo es eso de que las flores me “chismean”
lo que a la gente les pasa?…
¡Pero me siento tan cuerda y
tan Dichosa!...
¿Será contagiosa esta
"locura"?
Conny Méndez
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