sábado, 18 de mayo de 2019

Gimnasia interior


- Pon orden en tu vida
Detén tu alocada carrera diaria ¿A dónde vas con tanta prisa? Ubícate. Haz una lista de lo importante y de lo urgente, ordena tus cosas pendientes por prioridad. Respira profundo y piensa con calma... ¿Qué quieres de la vida, cuál es tu sueño? ¡Y una vez que lo identifiques ve por él! Ponte metas pequeñas a corto plazo y cumple con ellas, para que poco a poco, alcances metas mayores.

- Practica el agradecimiento 
Lo más importante de todo lo que está ocurriendo en este momento es que... ¡Estás vivo/a! Estar vivo es un regalo... Algo tienes que hacer, alguna misión que cumplir, ¿Qué esperas? Agradece los dones que día a día te ofrece la vida, cuéntalos y haz buen uso de ellos, muchas veces tenemos más de lo que podemos disfrutar, pero nos cuesta trabajo reconocerlo.

- Observa tus pensamientos
¿Sabías que lo que piensas de un problema es más importante y determinante que el problema en sí?  Sé que muchas veces no es fácil enfrentarlos... pero, haz el esfuerzo de volverte más positivo y mejora tu actitud.  Evita ser portador de malas noticias, no te involucres en chismes o comentarios negativos hacia otras personas. Vive y deja vivir.

- Acepta lo que no puedas cambiar 
El pasado ya no importa, pues ya ocurrió; olvídate de los malos sentimientos; vive tu duelo; perdona y libérate del peso que por tanto tiempo has cargado. Ábrete a comenzar de nuevo; puedes progresar y cambiar tu situación personal. Toma tiempo pero es posible mejorar tu situación en la vida por difícil que sea. Comienza a ver los inconvenientes, como oportunidades y procura darle una respuesta creativa a cada situación.

- Entrega el cien por cien en todo momento
Comprométete a dar y a recibir con abundancia; ofrece a quien te encuentras, siempre, un pequeño regalo: una sonrisa, unas gracias, un saludo, una palabra de aliento. Mantén en circulación la verdadera riqueza de la vida. Muestra interés, aprecio y comprensión por los demás. Silenciosamente envía pensamientos de amor, solidaridad, paz y alegría.

- Ábrete a la comunicación 
Crea puentes de comunicación que te permitan expresar y compartir tus ideas y sentimientos. Deja de esperar a que otros se comuniquen contigo, toma la iniciativa y acércate a ellos para compartir y crear soluciones y estrategias para iniciar nuevos proyectos. Además recuerda que la comunicación es el puente que acorta las distancias que nos mantuvieron separados por diferencias o malos entendidos.

- Libera la rabia
Muchas personas están cargadas de emociones negativas y tensiones que potencian la ira. Cuando te dejas llevar por ella, terminas afectando y deteriorando en la mayoría de los casos, tus relaciones con los demás. Además la ira se convierte en resentimiento, cuando la hemos acumulado por mucho tiempo, y a quien verdaderamente acaba dañando, es a la persona que la siente: ¡a ti mismo!. Aprende a respirar imaginando que sale de ti, con cada espiración. Practícalo hasta que te sientas mejor. 

Cuando está lloviendo fuerte, pensamos por un momento que el sol se ha ido. Pero si subimos a un avión y volamos por encima de las nubes...y nos daremos cuenta de que el sol brillante, sigue ahí... Esperemos a que las nubes se disipen para ver de nuevo al sol salir. ¡Elévate por encima de la tempestad! 

Anónimo, (Aporte de Néstor Almagro)

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