- Pon orden en tu vida
Detén tu alocada carrera
diaria ¿A dónde vas con tanta prisa? Ubícate. Haz una lista de lo importante y
de lo urgente, ordena tus cosas pendientes por prioridad. Respira profundo y
piensa con calma... ¿Qué quieres de la vida, cuál es tu sueño? ¡Y una
vez que lo identifiques ve por él! Ponte metas pequeñas a corto plazo y cumple
con ellas, para que poco a poco, alcances metas mayores.
- Practica el agradecimiento
Lo más importante de todo lo
que está ocurriendo en este momento es que... ¡Estás vivo/a! Estar vivo es un
regalo... Algo tienes que hacer, alguna misión que cumplir, ¿Qué
esperas? Agradece los dones que día a día te ofrece la vida, cuéntalos y
haz buen uso de ellos, muchas veces tenemos más de lo que podemos disfrutar,
pero nos cuesta trabajo reconocerlo.
- Observa tus pensamientos
¿Sabías que lo que piensas de
un problema es más importante y determinante que el problema en sí? Sé
que muchas veces no es fácil enfrentarlos... pero, haz el esfuerzo de volverte
más positivo y mejora tu actitud. Evita ser portador de malas noticias,
no te involucres en chismes o comentarios negativos hacia otras personas. Vive
y deja vivir.
- Acepta lo que no puedas
cambiar
El pasado ya no importa, pues
ya ocurrió; olvídate de los malos sentimientos; vive tu duelo; perdona y
libérate del peso que por tanto tiempo has cargado. Ábrete a comenzar de nuevo;
puedes progresar y cambiar tu situación personal. Toma tiempo pero es posible
mejorar tu situación en la vida por difícil que sea. Comienza a ver los
inconvenientes, como oportunidades y procura darle una respuesta creativa a
cada situación.
- Entrega el cien por cien en
todo momento
Comprométete a dar y a
recibir con abundancia; ofrece a quien te encuentras, siempre, un pequeño
regalo: una sonrisa, unas gracias, un saludo, una palabra de aliento. Mantén en
circulación la verdadera riqueza de la vida. Muestra interés, aprecio y
comprensión por los demás. Silenciosamente envía pensamientos de amor,
solidaridad, paz y alegría.
- Ábrete a la comunicación
Crea puentes de comunicación
que te permitan expresar y compartir tus ideas y sentimientos. Deja de esperar
a que otros se comuniquen contigo, toma la iniciativa y acércate a ellos para
compartir y crear soluciones y estrategias para iniciar nuevos proyectos.
Además recuerda que la comunicación es el puente que acorta las distancias que
nos mantuvieron separados por diferencias o malos entendidos.
- Libera la rabia
Muchas personas están
cargadas de emociones negativas y tensiones que potencian la ira. Cuando te
dejas llevar por ella, terminas afectando y deteriorando en la mayoría de los
casos, tus relaciones con los demás. Además la ira se convierte en
resentimiento, cuando la hemos acumulado por mucho tiempo, y a quien verdaderamente
acaba dañando, es a la persona que la siente: ¡a ti mismo!. Aprende a respirar
imaginando que sale de ti, con cada espiración. Practícalo hasta que te sientas
mejor.
Cuando está lloviendo fuerte,
pensamos por un momento que el sol se ha ido. Pero si subimos a un avión y
volamos por encima de las nubes...y nos daremos cuenta de que el sol brillante,
sigue ahí... Esperemos a que las nubes se disipen para ver de nuevo al sol
salir. ¡Elévate por encima de la tempestad!
Anónimo, (Aporte de Néstor
Almagro)
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