(Escrito por una mujer venezolana, testigo de una cruel realidad que no desea para nadie)
Hijo, me llena de terror
y de esperanza verte luchar por tu país. Quisiera ser escudo blindado para
protegerte, quisiera sellar tus venas con las mías para que no te desangre la
bala asesina. Quisiera tener alas de mil nudos para salvarte de la bota
opresora. Quisiera velar por tus pasos para que no obstruyan tu camino los
malvados. Quisiera arrullarte con mis versos cuando caes sin vida en la
avenida. Quisiera que no tuvieras que decorar con sangre tu bandera. Hijo mío,
si mueres, te llevarás mi vida entre manos, entonces seré bandera
ensangrentada, cantó que se ahoga en la garganta, último suspiro libertario,
patria mancillada en plana lucha.
Muy duro. Sin palabras en realidad.
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