viernes, 19 de mayo de 2017

Primavera en el balcón

Dos palomas posadas en la barandilla del balcón de mi casa. Caminan una detrás de otra. Ella y él –imagino-. Cuando él está a punto de alcanzarla, ella revolotea y se aleja a poco más de un metro. Él, incansable vuelve a acercarse y, de nuevo, ella se desplaza dos o tres palmos más allá. Llevan así, en ese cortejo, más de media mañana. Me divierte observarlos.

No he podido evitar acordarme de mí cuando tenía dieciseis años.



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