Quiso ser juez porque el derecho que estudiaba llevaba a la Justicia. La
vida le fue desencantando. Una cosa era lo estudiado y otra lo que se
practicaba. Poco a poco fue comprendiendo que la mejor norma jurídica era
aplicar el sentido común a los casos presentados. Con su argumento comenzó a
recibir críticas del lado de los que siempre hay que seguir la norma. Con su
constancia volvió a abrir la caja de Pandora de la Justicia y nuevos
precedentes comenzaron a hacerse presente en monografías, estudios, documentos.
Al menos se comenzaba a desenterrar al sentido común que es lo que une a todos
los mortales y el que también juzga a los jueces.
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