No somos iguales a los que tienen
el poder en sus manos y no les ha venido del pueblo. No somos iguales a los que
han ido labrando su fortuna a costa de otros o simplemente han tenido suerte.
Pero hay otros muchos que tampoco son iguales a los que nos quejamos de ser
inferiores. Hay muchos llenos de hambruna unos, otros víctimas del alcohol y
las drogas, los hay negros, latinos, hispanos no blancos, que tampoco se les
trata igual que a nosotros, y que, sin embargo, le dan gracias a la tierra que
los deja acostarse y al árbol salvaje de cuyas frutas se alimentan. Sí, también
los hay que no son iguales a nosotros.
Los hay que registran en los
contenedores buscando la comida que otros no queremos. Y los que se ponen la
ropa ya usada por nosotros y que pasó de moda. Y ahí siguen, día a día,
paseando al perro que les cuida de noche, y sin dejar de soñar con que un día
podrán ser como nosotros.
No somos iguales Esteban, es verdad, para lo malo no queremos ser, para lo bueno, aunque queramos, tampoco lo es. Cuanta desigualdad hay en este mundo!!
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