…Y absortos, como estamos, con ser testigos de la Historia, esa que vendrá
reflejada en los libros, se va colando por las rendijas que quedan –las pocas
que quedan, cabría decir- esa otra realidad que, en cualquier otro momento
hubiera sido motivo central de las conversaciones de unos y otros en los
almuerzos en el taller, en el descanso en las aulas, entre partida y partida en
el hogar del jubilado, en el puesto del mercado…
Tan absortos estamos con el monotema, que ni nos hemos dado cuenta de que
en la Audiencia Nacional prosigue el juicio del Caso Gürtel, con un fiscal que
no se para en barras a la hora de pedir duras penas de cárcel para los
encausados, sean políticos o comisionistas.
Tan absortos estamos, que ha pasado desapercibida la manifestación de
pensionistas llegados de toda España a Madrid, reclamando volver a ligar el
incremento de las pensiones a la inflación, para evitar la pérdida de poder
adquisitivo.
“Lo cotidiano nos impide hacer lo importante” dice el refrán… porque cotidiano se está volviendo el tema de
Cataluña, sí, pero lo importante es
quitarse de encima la corrupción y no menos conseguir que las pensiones se
revaloricen siquiera lo mismo que el coste de la vida, como estábamos
acostumbrados antes de la crisis –la crisis económica, no la crisis de estado,
a que nos abocan los políticos para esconder su incompetencia y, con
frecuencia, su complicidad.
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