Parece
que hoy lo mejor es bailar al ritmo del momento. Que ayer votamos por la
independencia, hoy, al ritmo de las reacciones de otros que no piensan como
nosotros, decimos que igual faltan cosas todavía por hacer para llegar a ese
estilo de vida.
Que
ayer dijimos que necesitábamos un referéndum para que se viera como la casi
totalidad de los votantes estaban a favor dela independencia, hoy decimos que
como la casi totalidad dijo que no o no dijo nada, vamos los seis que tenemos
las llaves de las cajas y decimos que la haremos unilateralmente.
Que
ayer salíamos a las calles diciéndoles a los que queríamos dejar atrás “váyanse
al carajo”, hoy decimos “necesitamos dialogar”, “espéranos que tenemos que
aprender.
Que
ayer gritábamos “que viva la libertad, y abajo las cadenas”, hoy nos damos
cuenta que seguimos siendo el Partido Esclavista Auténtico y cambiamos el giro
por “que vivan las cadenas y abajo la libertad”
Que
ayer nos contábamos entre las regiones económicamente más fuertes, hoy nos
quedamos en el portoncito, y sin pelos, viendo salir a otros lugares cercanos a
las empresas que daban vida a nuestra tierra.
Que
anoche ustedes gritaban todo eso mientras yo vigilaba al jefe para que no
apretara ningún botón, hoy ustedes quieren seguir cantando la canción del
pirata-
Que
la historia de la Convergencia rompe frenos y riendas, aun por muy generoso que
el bolsillo hiciera el suyo. Pues
las
gentes suelen ser dobles o distintas y duelen tanto de ausente como junto a mí.
Yo
estoy no más y al ojo blanco del cielo me quedé mirando el agua fresca del río
y de la orilla del mar. Sus olas y los meandros de los ríos pasaron el nivel a
los balones, a sus espléndidas curvas.
Negrean
sus ojos pensando en cómo seguir ganando sin trabajar mientras los arbustos
fingen
en
el ocaso, un futuro pardo y oscuro
como
un suave rocío de luna, sobre tanta pelota muerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario