Medio ropero lleno de los gordos álbumes de fotos de
antes ocupaba casi la mitad de la pared de una habitación. ¿Por qué no los
sacamos del álbum y ponemos las fotos en sobres o sujetas con un elástico?
ocuparán menos espacio y habrá más
posibilidades para otros recuerdos.
Mientras íbamos sacando las fotos una a una no
parábamos de comentarlas. Con alegría veíamos fotos de antiguos amigos e
incluso de aquellos que hace tiempo que no vemos pero que sientes estar unidos
a ellos.
Todo fue como una mañana paseando con amigos de
siempre a los que quisieras volver a ver. Una mañana en la que recordando
tiempos pasados eres consciente de haber sido un afortunado en la vida. Haz
gozado de buenos amigos y pensar en ello reanima tu ser.
Son regalos que no cuestan dinero y que te vienen como
caídos del cielo. Como si un hada hiciera garabatos con una varita sobre
nuestras cabezas, así nos sentimos nosotros, volando en la magia de un pasado
que nunca ha dejado de ser presente.
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