No hace ni una semana (21 de
noviembre en concreto) comentábamos en este blog la lentitud con la que la
Iglesia católica reaccionaba al reconocimiento de los propios errores. Lo
hacíamos atendiendo a las manifestaciones realizadas por el presidente saliente
de la Conferencia Episcopal sobre la responsabilidad Iglesia en el
encubrimiento de numerosos casos de pederastia en nuestro país.
Hoy día 27 no nos queda otra
que volver a prestar atención a la nuevas manifestaciones de su portavoz y
secretario general -Luis Argüello- cuando ante la prensa define las
características de un buen sacerdote. No tienen desperdicio.
“Enteramente varones…, por
tanto heterosexuales”. Ya lo saben Un homosexual no es enteramente varón. Por
las mismas, una lesbiana no es enteramente mujer. Ambos, él y ella, son
¿minusválidos vitales? ¿minusválidos sexuales?... ¿minusválidos qué?
Me da que la Conferencia
episcopal sigue perdida en el marasmo conceptual del que viene dando muestras
una y otra vez, pero, como dice una frase prestada de su repertorio, “en su
pecado llevarán su penitencia”.
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