Hace tiempo estaba detrás de rodar
una película basada en un libro de Murakami. Buscaba una dónde se plasmaran sus
logros y, después de una ojeada rápida, le llamó la atención: “Hombres sin
mujeres”. Hombres que, habiendo perdido a sus mujeres por cualquier motivo,
experimentan un tiempo de soledad y aislamiento.
A los pocos días tengo claro que
el asombroso parecido de Deby Mazar con la protagonista del libro lo cautivó.
Igual que ella. Cuando leyó el libro se quedó prendada con la historia que le
ofrecían rodar. No en vano su fruta preferida era el aguacate, al igual que a la
protagonista del libro. Para pasar a realizar el guión debía pasar por una
prueba: debía vivir una semana en una playa solitaria y cuyo único vecino era un
avestruz.
Y allá se fue nuestra Deby Mazar,
con las previsiones justas para ello, no podemos faltar en las mismas. Y, como
es lógico, unas gafas de sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario