La noticia es recogida en la
mayoría de la prensa internacional. Un grupo de dieciocho millonarios
norteamericanos han remitido una carta a los medios de comunicación en la que
solicitan un incremento fiscal para las grandes fortunas. En esa carta
reconocen el trato favorable a las grandes fortunas, en comparación con la
media de sus conciudadanos. Ninguno de los firmantes pasa por ser un sospechoso
bolchevique, ansioso de acabar con el capitalismo: la sobrina-nieta de Walt
Disney, el contradictorio inversionista George Soros…
No son los únicos. Los
integrantes de la asociación “Responsible Wealth” (Riqueza Responsable) -a la
que pertenecen integrantes de las clases altas de la sociedad norteamericana,
como médicos, abogados, ejecutivos de grandes empresas…- se posicionaron esta
semana abiertamente en contra de la reforma impositiva que pretende llevar a
cabo el presidente Trump en los próximos meses, y que conllevaran recortes de
ingresos y de gastos en sanidad y educación, amén de la retirada de medidas que
retrasarían el cambio climático.
En la actualidad, en Estados
Unidos, el 42% de la riqueza del país se concentra en el 1% de los hogares
norteamericanos.
Pero que no cunda el pánico. No
es probable que iniciativas como las propuesta por los dieciocho millonarios o
por los miembros de Responsible Wealth tengan la más mínima probabilidad de
salir adelante. Se quedarán en los que es hoy: buenas intenciones.
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