Primer día
Siempre he pensado de forma
oscura y sin embargo hoy me sale claro. Tiene una explicación lógica. Hace poco
he terminado filosofía. ¿Que para qué la estudie? Para descifrar lo que pasa en
el mundo. pero me equivoqué. Buenos, eso creo. Pienso al modo poético. Porque
si los poetas fuera los que gobiernan otro mundo estallaría.
Segundo día
Suena el teléfono, el levanto
el auricular y pregunto “¿Quién es?”. No contesta nadie. No es la primera vez
ni será la última. Así que he decidido que la próxima vez seré yo quien guarde
silencio. Me cansan esa llamadas comerciales masivas que seleccionan al azar tu
número y luego, ni siquiera te dan la oportunidad de decirles “No gracias, no
me interesa”.
Tercer día
Volviendo a la política y a
todos los desaguisados de la familia…, ojalá existiera una facultad en la que
fuésemos leyendo poco a poco todos los poemas del mundo.
Cuarto día
En mi pueblo ya tenemos
alcalde. Ha costado. Los pactos entre partidos han resultado tan rocambolescos
como una mala novela policiaca. Sabíamos desde el principio quién era el
“asesino”, pero han tenido que caer el mayordomo, la amante de la víctima, el
jardinero y la madre que lo parió para que en la última escena todo cambie para
que no cambie nada. El asesino volverá a ser alcalde.
Quinto día
Si me destapo por las noches
tengo fresquito, si me tapo calor. Estoy en esos días del año los que parezco
la gata flora.
Sexto día
Veinte meses hacía que no iba
a una conferencia. Fui a una ayer tarde y perdí el tiempo. No sabía qué hacer...
sí me reía dirían que soy tonto. Sí lloraba me tratarían como un sentimental.
Si me emociono me va a conocer la gente por la calle, Así que salí más desorientado
que antes. Pero una cosa tengo clara y voy a apuntarlo en la agenda para que no
se me no olvide: No vayas a una conferencia dónde no te dejen preguntar.
Séptimo día
Caso perdido. Mi gato
tiene más vida social que yo. Esta semana, cuatro de las siete noches las ha
pasado fuera de casa. Cuando regresa por la mañana tan campante, me mira, me
pide el desayuno y se pasa el día tumbado. ¡Puñetero gato! Empiezo a tenerle
envidia.
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