miércoles, 5 de abril de 2017

Memoria Selectiva

Nos ocurre a todos –o casi-. No sabemos discutir, sobre todo cuando de política se trata. Cada vez que surge una polémica, un debate – aunque sea el típico mantenido en torno a la mesa de un bar o a los postres de una comida familiar- siempre acabamos recurriendo al argumento de “…Y los tuyos más”.

Pocas veces reconocemos (y asumimos) los pecados de “los propios”, pero cargamos las tintas con los de los ajenos. Aplicamos nuestra memoria selectiva, intentando salvar los insalvables muebles, como si la corrupción tuviera distinta consistencia en función de su origen.

Memoria selectiva que juega en nuestra contra; memoria selectiva que bloquea e impide avanzar en aclarar las causas para identificar a los culpables de esas corruptelas. Y mientras no exijamos “a los propios” lo mismo que a los otros –“los de enfrente”- nada vamos a conseguir.

So pena que la intención sea, precisamente, esa: bloquear la discusión y no concretar responsabilidades.


Me temo que por ahí van los tiros.



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