La tarde se termina. Ha sido un
día ajetreado. La noche relaja y es propicia para soñar. En la vida, pese a
algunos, mejoramos. “Ladran, pero ascendemos”, que diría Don Quijote. Quiero
vivir y ser como un poema, aunque fuese de los cortos. Con esta magia muchos
quijotes construidos han vivido. No todos son iguales. Depende de los tiempos,
circunstancias. Quiero ser un poema, corto o largo, pero encarnado en la
historia humana. Un poema que haga el milagro de llevarnos a la Gran Aventura.
Un poema que llega y choque con las
normas establecidas adaptándolas al sentido común si entonces hubiera. En los
tiempos del Quijote chocó con la Iglesia, la Inquisición y el Santo Oficio.
Pero ya son cuatro los siglos y las cosas se han ido poniendo en su sitio.
También otras han quedado descolocadas (guerras, hambre, peste, epidemia) y
siguen golpeando el dolor de muchos otros poemas en otras tierras nacidos. Hoy
más que nunca hay que tirar el vino muerto que no sabe a nada. Todos los poemas, cortos y largos,
podemos llenar de transparencia la vida y hacer que de nuevo vuelen las palomas
sembrando paz y estableciendo la luz sobre la tierra. Nosotros, los poemas,
podremos hacerlo mejor que los poderosos con sus antojos.
A los poetas se les suele llamar locos y fantasiosos, románticos, y por lo tanto platónicos, pero yo creo que no hay verdad más absoluta que la que describe un poeta.
ResponderEliminarLa poesía, eso que nos salva de lo cotidiano, de las ruinas y de los días grises.
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