En la tierra, al descampado, en una gran llanura
revelas la ausencia del jardín, la soledad de una planta que se seca, la
angustia de alguien solo que intenta sobrevivir. En el jardín, allá en la
esquina, donde empotrada parecen tenerte, recuerdas la ausencia del campo
libre, de la naturaleza y sus seres vivos que crecen en la libertad. Siempre es
así. Estés donde estés, eres lo que falta. Y nos recuerdas que tenemos algo por hacer. Nos movemos. No estamos
quietos. Ni debemos estarlo. Y siempre para que la naturaleza se manifieste en
su plenitud.
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