Eloísa estaba
alrededor de la lavadora en la azotea mientras pasaba el cepillo a los rincones
donde había tierrilla acumulada. Abajo en la casa la hija discutía con un par
de amigos. Les intentaba convencer que la violencia contra la mujer eran más
cosas que matarla. Al pararse el ruido de la lavadora, su madre oyó el tono de
discusión y acercándose escuchó indignada esa idea tan extendida de decir “que
la mujer es el sexo débil”. Y al tiempo escuchó con alegría la réplica de su
hija:
- “Débil", ¿por
qué y en qué sentido? ¿Porque en general, son pocas las mujeres que conducen
camiones o autobuses? ¿y cuando está enferma la mujer o recién operada? ¿Se
queda como el varón en la cama?, No desde el día siguiente comienza a hacer
cosas en la casa, el trabajo de cada día.
Eloísa,
aprovechando un momento de respiro, entró en la cocina.
- He escuchado
un poco de la conversación entre ustedes. me da la impresión de que los que
piensan así son los hombres que viven en los países ricos. ¿Por qué no se
programan unas vacaciones por algún país subdesarrollado, mejor como voluntario
de una organización humanitaria? Quedarán estupefactos al ver hasta dónde son
capaces de llegar, a nivel de esfuerzo físico, tantas y tantas mujeres. Pues
sí; existen mujeres muy “corajes” capaces de lo indecible y demás a la hora de
afrontar situaciones de dolor profundo a nivel psicológico, o manifestar una
inmensa capacidad de seguir adelante, a pesar de que las circunstancias sean
todo lo más adversas que podamos llegar a imaginar. Violencia no solo es
matarla sino dejarnos llevar de prejuicios.
Su hija añadió
- Es también
violencia contra ella cada vez que la reducimos a objeto, relacionado
normalmente con el sexo, y dejamos atrás su capacidad de pensar y decidir.
Claro, que, vistas así las cosas, a lo mejor hay hasta quienes pongan en duda
si es un ser humano o no. Alguno habrá que considere que la mujer es un ser
humano, pero un poco menos que el varón, que diría Mafalda.
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