Le quería como se suele amar en la distancia, con anhelo, con nostalgia. Porque la distancia se puede reducir con la mirada y el hilo de su voz hacia florecer caricias de esperanza. Era el amor, porque el amor es esa construcción de lazos, que no atan pero van uniendo vidas. Esa construcción de puentes trasatlánticos que suelen derrumbar nuestras barreras. Se pertenecen cómo nos pertenecen los atardeceres, como el calor del sol o la luz de la luna o la belleza de las melodías que deja el mar sembradas en la orilla.
Carmen Cecilia López
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