"No
te interesa la política", me dices, pues a mí, sí; y pienso que a todo el mundo
debería interesarle- ¿Qué a qué partido pertenezco? A ninguno, por qué? – Como dices
te interesa la política? ¿Es que para uno estar interesado positivamente por la
política tienes que estar afiliado a un partido? No, hombre, no. Eso sería partidocracia y no democracia.
Sí.
Hacen faltan los partidos. Pero para que estos funcionen deben abrirse a las
comunidades donde fueron elegidos. Nosotros, el pueblo que les elegimos, somos
los únicos que podemos ayudar a que los partidos trabajen por los demás y no se
conviertan en partidos esclavistas. Mira qué bonito algo que ellos hacen: si en
el Parlamento uno de ellos vota NO cuando la dirección ha dicho SI, puede ser
multado porque no puede opinar diferente a los demás de su grupo. ¡Qué cosas
tan contradictorias¡ ni en los propios partidos hay democracia-
De
esta forma es como si ellos dijeran: ¡Que vivan las cadenas! ¡Abajo la
libertad! Si le niegas a uno de los tuyos la libertad de opinión, ¿Qué democracia
estás haciendo?
Así
la gente suele ser doble o distinta. Como si solo bastara con que un hilo de
seda pasara el tejido a los balones.
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