No te agobies mientras
caminas por los barrancos que bordean tu casa. Siempre ha habido temporadas de
secano y de gran humedad. Volverán un día las aguas a correr por nuestros
barrancos. Cierto que ya no será como ayer, porque anoche unos indeseables llenaron
de vapor tóxico los horizontes donde nos movemos. Pero la semilla ya está
echada en la tierra y lo que hoy es silencio mañana será clamor.
Toca también el fin de los
martirios inocentes, que los vientos arrastran esa agua para un sitio y otro,
que se encienda la lámpara que ya arde en la noche. Y ese día las canciones que
han callado volverán a sonar al aire de nuestras palmadas. Sé, pues, firme que
pronto toca amanecer.
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