sábado, 23 de septiembre de 2017

Tiempo para todo


Me pongo a escribir y pierdo el tiempo. Delante del ordenador leo otras cosas a ver si me inspiran, y mi mente se queda en el aire. Ayer tuve toda la tarde libre, podía haber hecho muchas cosas. Me limité a jugar al solitario y a rellenar sopas de letras. Eso llenó mi tarde. No hable con nadie, casi que estuve solo. Hable conmigo mismo bastante. Y también lloré. Hubo momento en que sentía como ríos de lágrimas cayendo por mi cara. Tuve ganas de sensaciones prohibidas o mal vistas. Pensé en llamar a un amigo y contarle mis penas. Ya caerá la ocasión, me dije. NO.  Creo que lo más probable es que me eche un poco de siesta. Luego tengo ocasión para verme con un grupo de amigo. Nos animaremos juntos. Al fin de cuentas es también imaginar desde lo ficticio como ir dando saltos a lo real. No sé si esto valdrá como post. De todas formas, la suerte también está conmigo: Tengo un amigo invisible que es muy sabio tomando decisiones de este tipo. Será el quien lo decida. Igual si a él no le aburre, tampoco le aburrirá a los demás.


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