Eres único,
diferente de todos los demás.
Sin reserva ni
duda, permito que estés en el mundo como eres, sin un pensamiento o palabra de
juicio.
No veo error
alguno en las cosas que puedas decir, ni hacer, sentir o creer porque entiendo
que te estás honrando a ti mismo al ser y hacer lo que es verdad para ti.
No puedo
recorrer la vida con tus ojos ni verla a través de tu corazón.
No he estado
donde tú has estado ni experimentado lo que has experimentado, viendo la vida
desde tu perspectiva única.
Te aprecio
exactamente como eres, siendo tu propia y singular chispa de la Conciencia
Infinita, buscando encontrar tu propia forma individual de relacionarte con el
mundo.
Sin reserva ni
duda, te permito cada elección para que aprendas de la forma que te parezca
apropiada.
No puedo saber
lo que es lo mejor para ti, lo que es verdad para ti ni lo que necesitas,
porque no sé lo que has elegido aprender, cómo has elegido aprenderlo, con quién
o en qué periodo de tiempo.
No puedo ver
siempre el cuadro más grande del Orden Divino y así no emitiré juicio sobre si
tus pasos son grandes o pequeños, ligeros o pesados o conduzcan hacia arriba o
hacia abajo, porque esto sólo sería mi punto de vista.
Sé que eres
guiado como yo lo soy, siguiendo tu entusiasmo.
Imposible
atravesar la vida sin que un trabajo salga mal hecho; sin que una amistad cause
decepción, o causar una decepción a un amigo; sin padecer algún quebranto de
salud; sin que nadie de la familia fallezca; sin que un amor nos abandone; sin
equivocarse. Ese es el costo de vivir.
Sin embargo, lo
importante no es lo que suceda, sino como reaccionamos. Si te pones a
coleccionar heridas eternamente sangrantes, vivirás como un pájaro herido
incapaz de volver a volar.
cierto que todos sangramos alguna vez, pero nadie puede sentir el dolor del otro
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