“No hubo consentimiento, pero
no es violación”, “no hubo violencia, pero la víctima se sintió sometida”… Esos
son algunos de los términos que aparecen en el la sentencia del conocido como “el
caso de la manada”, el de la joven madrileña violada (lo siento, pero yo lo
considero así) en los Sanfermines de hace dos años.
Se me escapa la sutileza,
Debo ser una persona demasiado primaria para apreciar los matices. Y menos aun
el voto particular de uno de los jueces que incluso pide la absolución de los
acusados.
Ahora vendrán los recursos de
las partes, pero estas realidades no animan.
Aquí falla algo. O las leyes
no reflejan hechos reales o la interpretación de las mismas es tan subjetiva
que se convierte en una especie de azar en función de quien juzgue cada caso. O
las dos cosas o ninguna y yo me equivoco. “Justicia cuántica” le llamo yo. Como
la física cuántica, esa que dice que una partícula puede estar en dos sitios
diferentes a la vez.
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