Versión corta
Aquellos adolescentes pasaron
alineados y uniformados. Cabeza gacha, humillados; sin luz en sus ojos, sus labios hundidos no parecían conocer la
sonrisa. Como si ya estuviesen destinados,
con sus negras gorras y su babi azul , a
vivir en la aglomeración. ¿En qué mundo vivirían si no saben sonreír?
Mientras esperaba que me
entregaran el pedido comercial de material complementario al colegio vi pasar
alineados a un grupo de adolescentes residentes en aquel centro. Todos uniformados
y con unas caras que parecía el desfile de la derrota. Iban con las frentes
caídas, como humillados; en sus ojos no se veía luz y sus labios hundidos no
parecía conocieran la sonrisa. Daba la impresión que ya, desde su adolescencia estuviesen destinados, con sus negras gorras
y su babi azul a vivir en la
aglomeración. Pero, ¿en qué mundo iban a vivir si no conocen la sonrisa?
¿Cómo iban a sentir la alegrías no se
sentían ellos mismos?
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