No hay manera de detenerlo.
Donde menos uno se lo espera, salta la liebre. Otra mujer que muere a manos de
su ex. Otros niños que son testigos del hecho. Y algunos, sin darles tiempo a
asomarse a la ventana de la vida, caen también impunes. Vidas que no se han
salvado, cuando hacía tiempo estaban gritando que necesitaban un salvavidas.
El primer salvavidas somos
los demás. Que se nos ericen los pelos y se nos arrugue la piel cada vez que
algo de esto ocurre. Estaría haciendo agua el salvavidas si para nada nos
afectara.
Eso sí, necesitamos un
salvavidas bastante resistente porque hay demasiados tipos de violencia que hoy
están acosando a la mujer. Un salvavidas con tolerancia cero elevada al
infinito.
Una tarde Mayte hablaba del tema en cuestión con tres amigos del barrio. La madre les escuchaba discutir desde la azotea. Su hija les decía que, sin llegar a la muerte, había muchos tipos de violencia contra la mujer. Y ambas, mas con rabia que indignación, escucharon el mismo disco rayado de siempre: que la mujer es el “sexo débil”. Mayte, claramente se les enfrento. ¿Por qué es más débil? ¿Por qué hay más hombres que mujeres conduciendo camiones? Dense una vuelta en las próximas vacaciones por países más pobres que el nuestro y quedarán asombrados de como la mujer lleva el peso de todo tipo de trabajo para poder vivir, mientras los hombre se pasan el día bajo la sombra de un árbol jugando, charlando y ni se sabe qué. Sí, sentados sobre unos salvavidas que cada día hunden y hunden más con su peso”.
Y algo que es fácil
descubrir. A la hora de afrontar cualquier tipo de dolor cuál es el elemento débil
y quejica y cuál el fuerte. Obsoleto queda el adjetivo de “sexo débil” cuando
de mujeres se trata.
¿Tenemos suficientes
salvavidas para tanta violencia? ¿Por qué siendo la capacidad de pensar la que
distingue al ser humano, cuando hablamos de una mujer, que hemos conocido,
ponemos lo fisiológico como el resumen de la impresión que nos ha dejado? Igual
tiene razón Mafalda al decir que consideramos a la mujer como un ser humano,
pero un poco menos que el varón.
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