“Se producen cientos de
millones de toneladas de residuos al año. La Tierra, nuestra casa, parece
convertirse cada vez más en un depósito de porquería” Así comenzó aquel día el
profe la clase de Ética, advirtiendo que era una reflexión en voz alta dicha por
el Papa Francisco.
- ¿Y así habla el Papa, tan
sencillo que todo el mundo lo entiende? -dijo
uno de los alumnos-.
-Y más cosas ha dicho -respondió
el profe-. Le ha preguntado a los que mandan en la sociedad: ¿Dónde está el
progreso de que tanto hablan en los últimos años? La violencia, la exclusión
social, el narcotráfico son constantes que se dan en todos los países. ¿Llaman
ustedes progreso a que el ambiente natural y el human vayan degenerándose cada
día más?
– Sí, el otro día comentaba
un señor en la tele que barcos europeos, de varias naciones iban cargados de
basura para arrojarlo en el océano cercano a las costas africanas y luego para
aprovechar el viaje venían cargados, entre otras cosas de coltán, el material
que luego todos nosotros llevamos en los bolsillos pues sin él no se podrían
hacer los móviles.
Los compañeros le miraban extrañados
al tiempo que se echaban manos en el bolsillo por si el coltán se hubiese
enfadado y marchado de nuevo para su casa. Y en esta línea se seguía oyendo
comentarios de los jóvenes presentes en el aula, entre ellos un africano que
llamó la atención sobre que la naturaleza no solo era el mar y los bosques,
sino todos los seres vivos, hechos libres desde el principio del mundo y
nosotros les quitamos la libertad, por ejemplo tenemos entre rejas a monos,
elefantes, tigres y pagamos a los circos para que los mantengan así. Su
comentario originó una gran controversia que puso de manifiesto las
contradicciones existentes en la sociedad.
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