domingo, 6 de mayo de 2018

El cuadro


¿Se puede amar a dos mujeres a la vez o solo existe un amor verdadero? Eran tan exactas por fuera como diametralmente opuestas en sus personalidades. Difícil distinguirlas a poco que se lo propusieran. Una de ellas era dulce, encantadora a primera vista, con un don de gentes y una simpatía que te ganaba de inmediato. Por el contrario, su hermana era reflexiva, tímida, poco dada a entablar conversación con personas que no hubieran traspasado el umbral de su confianza. Era más reflexiva, mucho más que su gemela, todo un torbellino de emociones. No, esta segunda era como un buen vino, al que hay que dejar reposar para que luego te lo devuelva con su buquet en el paladar.


Cualquiera de las dos hubiera colmado por separado las mejores expectativas que el corazón de un hombre puede albergar. Para él, sim embargo, acabó siendo un drama, el drama de su vida. Así pasaron los años, guardando en silencio dos pasiones sin que ninguna de las dos llegara nunca a saber de sus sentimientos.

Tampoco nunca se atrevió a preguntar por los que cada una de ellas tenía hacia él, por cierto.


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