miércoles, 23 de mayo de 2018

¡Estamos en Shabat y Ramadán!

Hoy, estoy en ayunas: estamos en Ramadán y Shabat. Cien personas han muerto en la tierra de Lezama Lima. A Netanyahu se la han ido las cosas de las manos. Estoy en ayunas, escribo un poema a mi tierra cubana: ser cubano es una identidad. Una identidad que tira a cuestas con el bongó. Han muerto cien hermanos en el paraíso, secuestrado por la dinastía. La dinastía caerá en réquiem como bien dijo Belinda Marsans, mientras entregaba su baile a mi primo. Han muerto, a ver qué hace el sucesor. En la otra punta del mundo, discuten sobre Netta Barzilai y su predicador del tiempo moderno: Netanyahu como el tirano, que frivoliza con el Estado de Israel. Netanyahu y su política deben respetar. Deben tener educación y empatía. A las fuerzas de seguridad que mataron, a los manifestantes, se les fue de las manos. No hay necesidad de matar, suponiendo que quisieran parar a los manifestantes (por orden y mandato del rey republicano que le quedan dos eurovisiones para dejar de ser presidente, dicho sea de paso) existen otros mecanismos como las pelotas de goma. ¿Israel no tiene pelotas de goma?

El gobierno de Netanyahu se está comportando como el pesado del patio, que se apropia de la pelota y no quiere compartirla con sus compañeros. El suspenso del profe, ya, lo tiene. La gran mayoría de la sociedad civil de Israel, sí, está por la labor de compartir la pelota. De convivir. De amar. De abrazar. De romper el ayuno con el palestino. De dialogar. Israel es lo que es. Esas naciones, ambas, Palestina e Israel, están condenadas a convivir más allá del odio del pasado. El pasado es una simiente de odio, de egoísmo sembrado en la madera de una mesa imperialista. Hay judíos que se niegan a la simiente, no creen en este Israel. Creen en el Israel del Mesías, viven esperando. Viven. Vivieron. Tuvieron a sus hijos en esa tierra. Son de esa tierra. Otros apedrean al personal. Otros no dialogan. Otros tienen miedo. Otros no quieren dialogar. Otros-no todos- se cierran en barrios de sabiduría, sin conocer a Maimónides: ese sabio, el rey de los sabios que abrazó a cristianos, judíos, musulmanes; y a todo aquel que parara en su camino.


¡Maimónides no habría matado a cincuenta personas! Maimónides se habría negado al odio, se habría negado a la corrupción. Óscar Abou-Kassem emitió un interesante titular: ¿Y si invitamos a Palestina a Eurovisión? Invitada está. Cantará con las voces de Maimónides. No estarás solo, maestro. Fairuz cantará contigo. Yasmina Levy cantará. Barbara Streisand cantará: ¿escuchas esa voz?

El mundo ha firmado la paz, eterna y democrática: Maimónides ha cantado con ella. Continúa cantando. Levy quiere tocar el Qanun. Fairuz le enseña. Fairuz aprende ladino, mientras enseña.

Todo evoluciona, progresa.

Nos ayudamos, nos solidarizamos; somos ciudadanos civilizados, buenos humanos.



Publicado por Sikabi Cohen en el blog Casandra y Apolo

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