Sr. Presidente:

Los arquitectos que elaboran los planos de este país y los grandes depositarios del dinero de los españoles, a través de los elegidos por el poder popular, quieren quitarte el timón del barco porque si siguen descubriendo tanta inmundicia como la que han encontrado en tu entorno, piensan que vas a morir matando.

Cómo es que te has fiado de la gente que negocia con dinero negro, con las que se llevan productos del super sin necesidad de ello, de los que compran a catedráticos para tener varios títulos que enmarcar y, sin embargo, has descartado a los jubilados que ya no producen y estuvieron toda una vida dejando dinero de nuestro trabajo, para pagar la pensión de los que les precedieron?

Y no contento con ello, cada día dejas menos dinero para curar a los enfermos, para investigar qué tratamiento debe usarse de forma que el cáncer deje de matar a tantos o para ayudar a detener el crecimiento degenerativo de varias enfermedades que hay por ahí circulando entre la población. Es como si sus vidas te parecieran inútiles. Todo ello so pretexto de cuadrar unas cuentas públicas que deben parecerte sagradas, por encima de las gente, reducidas a meros números.

Has cerrado puertas y ventanas y levantado murallas y alambradas para no dejar pasar a los inmigrantes que huyen del hambre y la miseria. Tú y los que son como tú no quieren que progresen.

Por si fuera poco todo eso, has pasado tres pueblos de los jóvenes que se incorporan al trabajo y que gracias a tus leyes no pueden incorporarse al mercado laboral y has seguido con la manía de que las mujeres continúen condenadas a permanecer en una escala diferente a los hombres, algo tan impresentable que hasta se te subieron los colores el pasado ocho de marzo, cuando miles de mujeres salieron a la calle y tocaron en tus puertas para recordártelo. Deberías preguntarte a cuántas personas has dejado tirada en la cuneta.

No te debes extrañar que haya gente que quiera echarte. Extrañados estamos muchos que no te hayas ido por tu cuenta, si es verdad que tienes conciencia.

No sabemos cómo lo harán los que venga tras de ti, pero necesitamos gente que cuente con nosotros y que los que han sido descartados en esta legislatura comiencen a ver qué se cuenta con ellos.