jueves, 22 de junio de 2017

Buscar, buscarse

Conocía mil y un recursos de internet. Su móvil de última hora estaba siempre en movimiento, hasta cuando preparaba la comida en la cocina. No le gustaba la publicidad que le llegaba y estaba descontento de los canales a los que está suscrito. No le bastaba la sección de “lo más leído” en la página de noticias.

Necesitaba interiorizar las cosas, no conocer tantas “por fuera” sino meterse de lleno en el corazón de la historia y que esta a su vez se introdujera dentro de su corazón. Pensaba que tendría que haber buscado mejor. A pesar de que sus dedos se movían bien rápidos por el teclado y la pantalla.


“Tiene que haber algo que me ponga en marcha desde adentro”, pensaba. Aun lo estoy revisando. Haciendo el esfuerzo de recordar descubrió, decepcionado, que no le valía con el último anuncio que le emocionó. Que quizás en otro momento de la vida pudo estar bien, y es que, entre tanto desencanto, se dio cuenta que había vuelto a poner puertas a lo que emana de su interior y aprendió de pequeño. Con algo nuevo que no termina a los tres minutos. Le toca sentarse tranquilo, hacer espacio, abrir el corazón lleno de dudas a lo que le rodea y entrar de nuevo en su mundo interior. Algo no solo difícil sino incómodo:  auto-descubrirse.


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