Quien le escuchaba decía que era una persona con contenido interior
fuerte, pues la profundidad de sus palabras le fascinaba. Ya jubilado siguió
prestando su colaboración voluntariamente a quien se lo pidiese. Cada una de
sus actuaciones públicas reflejaba la
vida de la gente. Por eso sus palabras alcanzaban la juventud de la tierra: El
ser humano.
Su orientación encaminaba hacia las actitudes esenciales que se deben
seguir a lo largo de la vida donde lo ideal es que no falte el amor, trabajo y
la salud. Hay quienes la comparan como un camino sin marcas, donde cada uno va dejando
sus huellas y tomando andaduras diferentes dependiendo de las opciones que tenga
en la vida, teniendo en cuenta que no es la edad, sino la mentalidad lo que nos
hace permanecer abiertos a los interrogantes de cada día.
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