viernes, 25 de enero de 2019

Jefe Joseph, historia de los Nez Percé

Su pueblo, ahora confinado en la reserva, fue en otro tiempo grande y orgulloso. Su historia hoy está casi olvidada, aunque es una de las mayores epopeyas habidas en el continente norteamericano. ¿Quién recuerda hoy la historia del jefe Joseph?

Fue el último gran líder de los Nez Percé “Nariz Taladrada”, como les llamaron los tramperos franceses que llegaron, tiempo atrás, a las tierra que hoy conforman el estado de Idaho. Cuando los colonos blancos desearon apoderarse de sus tierras surgieron los primeros conflictos. Una espiral de agravios que, cuando Hin-mah-too-yah-lat-kekt -que era su nombre real en su lengua- fue elegido líder de su tribu, comenzaban a tener tintes dramáticos para su pueblo. De carácter conciliador, el jefe Josehp aceptó que su pueblo quedara confiado en una reserva, a cambio de asegurarse una condiciones de vida mínimamente satisfactorias. Mantener la paz era su prioridad.

Pero la ambición de los colones era tal que, prontamente, el pacto fue incumplido y los abusos sufridos por los nativos demasiados como para que algunos guerreros pudieran reprimir sus ansias de venganza. Pero Joseph era consciente que tal acción era un cheque en blanco para que el ejército de Washington masacrara a hombres y mujeres y, en el mejor de los casos, trasladar a los pocos supervivientes lejos de sus territorios históricos. Ya había ocurrido con anterioridad y volvería a ocurrir posteriormente.

La decisión de los líderes fue emprender una huida hacia el norte, hacia Canadá, para quedar fuera del alcance de las tropas. Primero hacia el este, a territorio Crow, y después ya directamente al norte, más de 900 hombre y mujeres, niños y ancianos, iniciaron su largo caminar a sabiendas que iban a ser acosados en su huida. A vanguardia y la retaguardia grupos de guerreros se ocupaban de asegurarse e intentar mantener lo más alejados posibles a los soldados.

Durante más de tres meses, los Nez Percé se enfrentaron, en condiciones desiguales, a sus perseguidores, recorriendo más de 1.900 kilómetros, a través de Oregón, Washington, Idaho, Wyoming y Montana, intentado evadirse de un enemigo, pertrechado y con posibilidad de reponer armas y vituallas. Más de tres mil soldados del ejército federal hostigaron a un total de guerrero que nunca superó el número de 300.


El 5 de octubre de 1877, en las Montañas de la pata del oso del territorio de Montana, a menos de 60 kilómetros de la frontera Canadiense, en un lugar cercano a la actual Chinook, en el condado de Blaine, los supervivientes Nez-Percé tuvieron otra alternativa que rendirse y entregarse a sus perseguidores. No les quedaban alimentos, ni munición para sus rifles, ni flechas para sus arcos.

60 kilómetros les separaban de la libertad, sesenta kilómetros después de haber recorrido más de 1.600, en un otoño helado, por territorios que les eran desconocidos…


Tiempo atrás, otro líder nativo ya había dicho:

"Hermanos: Nuestros asientos fueron anchos y los vuestros estrechos. Ahora vosotros os habéis convertido en un gran pueblo y nosotros apenas tenemos sitio para extender nuestras mantas. Os habéis apoderado de nuestra tierra, pero no estáis satisfechos...".

Chaqueta Roja, de la nación Seneca, en 1.805

No hay comentarios:

Publicar un comentario