Años me costó construir
aquella buena Concordia y entendimiento que era la envidia de todos los que nos
rodeaban
De esta forma, proyecto tras proyecto que nos trazábamos, su realización era la traducción de un otro
mundo para mucha gente.
Y todavía intento buscar una
explicación de por qué he visto como el fuego ha ido quemando y consumiendo
poco a poco todo lo que ha hecho.
Rechazaste el arte. Se te
olvidó aquello que habías disfrutado.
Parece como si hubieses
sentido el placer de ser como ellos
querían que fueses para después morir sin dejar huella, como si la vida fuera
un simple reflejo de nada.
Y así seguir, caminando y
pidiendo como quien no cierra las puertas, pero que al mismo tiempo no tiene
nada que dejar en herencia a sus hijos.
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