Las
mil y una preguntas de la vida.
Solía
hacerse mil y una preguntas. Detrás de todo hay un por qué. Da lo mismo que sea
una raíz cuadrada que un pensamiento filosófico. ¿Tiene lógica y razón lo
primero, o es un convenio social hecho hace determinado tiempo para darle un
sentido a la raíz cuadrada? A ella, a los logaritmos y familiares circundantes
le llamamos ciencia, ¿y por qué no a la filosofía que se mete dentro de ti para
hacerte buscar los porqués de cada historia? Se cansaba de defender esta idea
ante el sin sentido de muchos compañeros que solo pensaban en el ahora.
También
yo me hago mil y una preguntas, le respondía otro colega. Pero las respuestas
que me vienen a mí no tienen por qué ser iguales a las tuyas. Desde algunos
puntos de vista, la vida puede no tener ningún sentido. Pero al mismo tiempo, el
sentido de la vida se encuentra en lo que estás viviendo en el momento, en su perspectiva
inmediata, donde todo posee un significado. Todo lo que podemos sentir, oler,
tocar, pensar, contiene un significado en sí mismo. Y el que muchas cosas no
tengan respuestas, o sean diferentes es lo que da color, gusto y aroma a la
vida.
Discusiones
de este tipo tenían con frecuencia en el patio del colegio ante la atónita
mirada de algunos profesores que no entendían como en las clases no se
expresaban con esa misma libertad y, al tiempo, profundidad. Uno de ellos les
planteó la cuestión al entrar del recreo. La respuesta fue inmediata. Y curiosamente
por el más escéptico de la clase: “Porque ustedes no quieren o no nos motivan. Se
pasan el tiempo enseñándonos raíces cuadradas, logaritmos, los ríos del Canadá
o la historia de los vikingos que hoy no nos sirven para el día a día y mañana ni un céntimo de vida laboral nos
ganaremos con ellas. Y se olvidan de buscar con nosotros los porqués de las cosas,
igual porque tampoco ustedes los han encontrado.
El
profe le escuchaba con suma atención al tiempo que los colores le subían a la
cara. Un gran silencio se hizo en la clase al terminar la intervención del
compañero. Minutos más tarde fue roto por el profe diciéndoles: Mañana
comenzaremos una dinámica nueva en estas clases. Bueno, ¿por qué mañana? Formen
grupos pequeños de cinco y aporte iniciativas sobre maneras y contenidos de la
nueva dinámica. Al final las pondremos en común mientras yo voy pasando por los
grupos y escuchando lo que dicen. Un gran aplauso sonó en la clase que solo se
interrumpió cuando sentados en pequeños círculos comenzaron a planear.
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