Tres
años hacía que acabó la licenciatura. Mil noventa y cinco días mal contados
buscando empleo acorde con sus estudios. Y nada. Hace poco un anuncio en el
periódico, solicitando chicas para pase de modelos, le llamó la atención. No
pierdo nada presentándome, se dijo. Así conozco el ambiente que se crea en
estos sitios tan de moda. No sabía que curriculum presentar. Si llevo el
verdadero con todos los estudios y títulos obtenidos y sin ocupación laboral
alguna, van a decir que no valgo para nada y se van a cansar de leer tantas
palabras raras. Hizo, pues, uno nuevo en menos de medio folio donde, aparte de
sus datos personales, escribió: “trabajaré firme y de buen grado para ser
famosa”.
Tres
personas, con cara de tomárselo a cachondeo, sentados en unas butacas de
mimbre, recogen los curriculums, al tiempo que suelen hacerles preguntas a las
candidatas. A ella le tocó la señora de más edad. Y a casi todas las
cuestiones, por una intuición espontanea, contestaba lo contrario a su
pensamiento. De esta guisa no tuvo
problemas en aceptar que abortaría, que le encanta ir por la calle en top-less,
que es una feminista anti Trump y que votó por Podemos en las últimas
elecciones. Que cuando le dicen groserías por la calle ella responde con otra
más fuerte y en voz alta les advierte que si no les gusta verla con poca ropa
que no la miren.
Salió
convencida que la llamarían. Y antes de que se lo notificaran había comenzado
las clases de pasarela, expresión corporal y mucha gimnasia. Y pronto comenzó a
presentarse a los diferentes reinados. Pasó de la posibilidad de ser famosa
desde una cátedra universitaria a ser
una celebridad que vivía en un avión yendo de un reinado a otro. Sabe que la
belleza no dura para siempre y por ello ha seguido correctamente las
orientaciones de un asesor invirtiendo
en un negocio rentable al cien por cien.
Muchas
mañanas, al arreglarse ante el espejo, se pregunta: Y para esto tuviste que
estudiar cinco años y dos más de master? En la mañana algún periodista le preguntará
cosas como por que le gusta mostrarse con tan poca ropa, a lo que ella
responderá: "Y por qué no puedo hacerlo? ¿Si un hombre puede andar sin camisa
por qué yo no voy a hacerlo si también me da la gana?".
Educación, costumbre...a saber. Como para un debate eso que escribes.
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