Como cuando apuras hasta la
última gota de agua que quedaba en el vaso así se sintió de vacío por dentro.
Lo que más le dolía era el pensar que la posibilidad de volver a llenar el vaso
le resultaba como la proximidad de la nada. No era cosa de engendrar más y más
palabras que explicara la situación. Se trataba de romper los vasos que les
separaban y que el agua corriera libremente.
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