Cada amanecer emprendo una
nueva aventura. A veces durante el día mis oídos no la escuchan. En ocasiones
la dejo amarrada al mástil de un barco atracado en la bahía. Y voy caminando
hacia una pequeña isla, a oscuras, pero seguro. Siendo siempre suficientemente
realista como para darme cuenta que el milagro de la vida no es volar por el
aire ni andar sobre el mar, sino caminar sobre la tierra. Llega la noche y es
hora de cerrar las ventanas y echarnos a llorar por todo aquello que fuimos y
perdimos. Y por eso, tomando conciencia de lo vivido, seguiré el próximo día la
misma carrera siendo un insurrecto que se rebela contra aquello que, debiendo
cambiar, no lo hace porque siempre se ha hecho así. Como un relámpago, pues,
aprovecharé los momentos de claridad para cruzar y alejarme tanto de Jerusalén
como de la Meca y de todo poder.
HOY TE SALUDO A TI VIDA,POR LO WQUE ME DAS,POR LO QUE VEO COMO ESTE MARAVILLOSO PAISAJE QUE TE LLEVA A VARIAS INTERPRETACIONES,QUISIERA PARARME A LA ORILLA,ELEVARME Y VOLAR JUNTO AL AVE QUE HACE LAS ULTIMAS PASADAS DEL DIA Y ALLA MUY LEJOS UN HORIZONTE ANARANJADO ROJIZO,COBIJANDO AL SOL QUE YA ILUMINA EL OTRO SECTOR DEL MUNDO.MARAVILLOSO.
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