Recordaba como si fuera ayer
el tiempo que vivió en plena guerra de vecinos contra vecinos. Salvo los que
dirigían las operaciones militares desde sus despachos y a golpe telemático los
que estaban en los campos de batalla vivían con el deseo de una mañana levantar
con nobleza su frente y contemplar como el sol lucía de una forma diferente.
Como en todas las guerras
cruentas pasa también en las incruentas. Vecinos que no se llevan, compañeros
que te ponen los traspiés, foreros que prefieren los demás sigan su estilo,
amigos que van aguantando un día y otro también los errores de los demás hasta
que un día revientan.
Unos, desde los despachos
ovales, otros desde las pequeñas chozas. Cada uno desde donde nos toque
habremos de soplar fuerte, un día sí y otro también, para que los humos que
provocan esas densas nubes vayan disipándose y dejen ver el resplandor del azul
celeste del cielo.
Llevas mucha razón en el texto, por desgracia, no siempre nos llevamos bien con nuestros vecinos colindantes.
ResponderEliminarNo obstante, no hay que permitir que unos malos vecinos no nos permitan vivir cómodos en uestros hogares y por eso hay personas que acuden al deshucio express .
Un saludo